Por Antonella Moscoso.
Entre los diferentes aprendizajes y descubrimientos que vamos logrando en esta coyuntura, el virus al que nos enfrentamos nos ha mostrado que nuestras prioridades no se encontraban en el orden adecuado. Por ejemplo, muchas organizaciones se enfocaban únicamente en producir o en incrementar sus resultados, en lugar de brindar condiciones y recursos para que sus colaboradores alcancen su máximo potencial (y ni mencionar su bienestar). Muchos de nosotros nos enfocábamos más en que los demás reaccionen positivamente a lo que publicábamos en nuestras redes sociales, en lugar de encontrar la aprobación y el confort en nosotros mismos. La cuarentena nos mostró que nuestra prioridad no deberían ser los resultados o las apariencias. nos mostró que la prioridad es y siempre ha debido ser nuestra salud y bienestar. Y la salud y el bienestar son los territorios principales en los que trabajamos los psicólogos. Por eso hoy, 30 de abril, Día del psicólogo peruano, resulta indispensable que todos conozcamos un poco más sobre su labor.
Podríamos afirmar que casi todos sabemos, por ejemplo, que los psicólogos ayudamos a gestionar las emociones. Tal vez sea por eso que muchas empresas soliciten – y hoy más que nunca – talleres de manejo efectivo de emociones o inteligencia emocional. Al tratar de entender el requerimiento, solemos escuchar “tips rápidos, técnicas sencillas, para aprender a manejar el estrés o la ansiedad”. ¿Cómo explicarles que los temas en los que quieren trabajar requieren de mucho más que 90 o 180 minutos para lograr cambios reales? No quiero decir que solicitar talleres o recomendaciones rápidas esté mal. Pero detrás de este requerimiento hay una pregunta latente: ¿Cuál es el concepto que la sociedad tiene del psicólogo? ¿Un generador de consejos breves y efectivos? ¿Un promotor de del bienestar instantáneo? ¿Un sanador a través del entretenimiento? Nada más lejos de la realidad. Aunque, lamentablemente, existen casos que refuerzan estos estereotipos errados.
Es importante conocer cuál es la verdadera labor del psicólogo para entender la importancia de su rol en nuestra sociedad. El psicólogo se encarga de identificar las condiciones que dificultan la gestión efectiva de las emociones. Busca de qué manera podemos potenciar nuestro aprendizaje y ejecuta los proyectos necesarios para lograrlo. Realiza terapias para las dificultades psicológicas a las que se enfrentan las personas a diario. Construye espacios que permitan desplegar las competencias de los colaboradores de una organización. Diagnostica qué aspectos clave juegan en una problemática para poner en marcha un plan de acción que pueda contrarrestarla o disminuir sus efectos. Investiga las causas y las consecuencias de la violencia en una población determinada. Brinda pautas o recomienda mejores prácticas para el desarrollo de la crianza saludable de los niños a partir de diversas teorías y la sistematización de experiencias prácticas. Diseña intervenciones centradas en poblaciones específicas, las ejecuta, y mide y evalúa sus alcances.
Todas estas funciones tienen un objetivo mayor en común: contribuir con el bienestar, desarrollo y salud mental de las personas desde las distintas ramas de la psicología. Así, desde la psicología educacional, se trabaja con los actores y elementos que se encuentran involucrados en el proceso de aprendizaje para potenciarlo. Desde la psicología clínica, se promueve el bienestar subjetivo y el desarrollo personal a través de la atención continua e integral de la salud mental y del comportamiento de las personas. En el caso de la psicología social, se estudian los procesos psicológicos de las personas en interacción y convivencia, con la finalidad de promover una mayor calidad de vida o prevenir riesgos sociales. De esta manera, la psicología tiene estas y muchas más aplicaciones destinadas a entender el comportamiento y los procesos psicológicos de las personas para promover su bienestar.
En este día, es importante recordar que los psicólogos no poseemos recetas mágicas encapsuladas en talleres, técnicas o tips rápidos para consumir en pequeñas dosis. En este día, abramos un espacio de diálogo sobre cómo la labor de los psicólogos puede beneficiarnos y ayudarnos a construir una mejor sociedad. Que este 30 de abril nos sirva para dialogar sobre el valor del trabajo y esfuerzo de los psicólogos por crear mejores condiciones para nuestro desarrollo y bienestar.